Conocí a un chico, cuando yo era muy joven, que cuando alguien contaba un chiste se lo apuntaba en un libro. Los tenía numerados, y siempre se podía hacer esa broma de pedirle que explicase el 138 y ver cómo se ponía a reír antes de encontrar la página. Se los sabía perfectamente todos. Tengo la impresión de que esto de contar chistes ha …