Decir que el 4M ha arrasado el trumpismo “a la madrileña” no es una ofensa a los votantes, como algunos voceros pretenden. A quien se señala es a los responsables de ese discurso político y a quienes lo amplifican a sabiendas de las falsedades que contiene, con el objetivo de defender intereses ideológicos y crematísticos que se traducen en decisiones de gobierno o proyectos de ley que facilitan negocios concretos.
El vendaval desatado por la investigación de nuestra compañera Alicia Gutiérrez en infoLibre sobre el chat de ‘La XIX del Aire’ corre el riesgo de que el ruido de las bravuconadas cuarteleras difuminen el asunto de calado que denotan.
Pido perdón porque, como periodista y como ciudadano, no supe ver lo que estábamos permitiendo desde mucho tiempo antes de que apareciera el coronavirus.