Aun contando con cotas de temporalidad y precariedad laboral muy superiores, el empleo femenino cayó a una velocidad notablemente menor en las peores semanas, una situación que se ha revertido en cuanto ha empezado a atisbarse un ápice de recuperación. Las que mantienen los hogares en pie, cuidan, acompañan y curan desandarán el camino iniciado en marzo: de esenciales a olvidadas.