La cancelación del interlocutor como un igual es lo que destruye el terreno de juego democrático, como destruiría cualquier conversación el hecho de negarle el respeto elemental a un participante.
La cancelación del interlocutor como un igual es lo que destruye el terreno de juego democrático, como destruiría cualquier conversación el hecho de negarle el respeto elemental a un participante.