Ahora que, dadas las circunstancias, se habla con insistencia de un cambio de valores y de objetivos con los que afrontar esta crisis sistémica que afecta a toda la humanidad, no puedo dejar de recordar a tres filósofas que en el siglo pasado ya dieron la voz de alerta. Me refiero a María Zambrano, Hannah Arendt y Simone Weil.

La educación que recibían las mujeres en el pasado es uno de los temas que ha concitado mayor interés en los estudios de género. Ni que decir tiene que el acceso a la educación, tanto para las clases altas como bajas, iba dirigida a prepararlas para ser buenas esposas y madres. Las mujeres aprendían a leer y a escribir y se les instruía en aquellas tareas que les ayudaban a cumplir sus funciones domésticas