Que Feijóo y el PP se rasguen (o hacen que se rasgan) las vestiduras por la grosería machista del alcalde Saiz es para echarse a reír si las mujeres no tuviéramos ya la rabia en carne viva con tanta mala bestia de manual machirulo. Sangramos, oigan; sangramos por los oídos de escucharles.