‘Un botiquín para mi ciudad’, con la proyección de un futuro más sostenible, promete mejorar la convivencia entre habitantes (y la propia vida urbana).
Las calles de nuestros pueblos y ciudades se han llenado de stops.No son de metal blanco, rojo y negro, sino que pueden ser verdes o amarillos, pintados en camisetas o en pedazos de cartón. Y no paran el tráfico, sino que paran desahucios, paran las subidas en las tarifas del transporte, paran recortes en los servicios públicos… Se planta…