las mujeres hemos abortado toda la vida por razones muy distintas y que solo a nosotras nos corresponde, de manera consciente y serena, decidir; que abortar no es traumático, lo que es traumático es llevar a término un embarazo en contra de la propia voluntad

Con la palabra siempre templada y dispuesta al diálogo, Adela Cortina (Valencia, 1947) construye espacios de entendimiento en territorios donde la cooperación se hace necesaria, aunque los últimos acontecimientos y sus reacciones –como la guerra en Ucrania, la polarización política o el auge de los populismos– se empeñen en dinamitarla. Cortina ha analizado los grandes temas que han marcado las últimas décadas –ella es quien acuñó el término aporofobia, el rechazo al pobre– sin renunciar a encontrar una vía ética para enfrentarse a ellos. Como se desprende de su conversación con Ethic, construir una sociedad más justa es posible.

Hace algunos años escribí un texto en defensa de los Reyes Magos. He tenido amigos cuyo odio a la Navidad, por sus raíces religiosas o por su dimensión consumista, se trasladaba al día de la Epifanía y a la costumbre de hacer regalos a los niños.

Cuando en 1970 arrancó el ecologismo político, es probable que pocos imaginasen su influyente futuro. Hoy, se ha asentado como una pieza más de los programas y los debates políticos, una cuestión clave para el futuro de las sociedades. Y, sin embargo, se ha convertido también en un elemento polarizante. Frente a estos choques de ideas, el mañana exige una ilustración ecológica.