El año pasado, el tribunal de Riad, en Arabia Saudí, condenó a 150 latigazos y ocho meses de prisión a una mujer por conducir un coche y resistirse al arresto. Un juez de paz de Chiapas (México) detuvo y multó a una niña indígena tzotzil de 14 años por abandonar a su marido y querer regresar con su familia. En Argentina, a Mirtha Sisnero, no se le permitió ser conductora de autobús por ser mujer. En Ecuador, los guardias de una cárcel impidieron a una abogada visitar a una clienta porque llevaba un “vestido alto” (vestido corto), prohibido por el protocolo de la prisión. Un Consejo Tribal de la India condenó a una mujer a una violación colectiva por tener una relación sexual con un hombre de otra comunidad. En Portugal, un tribunal señaló que no era importante que una trabajadora doméstica sometida a una cirugía que le causó dolor severo e incapacidad para tener relaciones sexuales no pudiera tener actividad sexual puesto que ya era madre de dos hijos y tenía 50 años, “una edad en la que la sexualidad no es tan importante”.
Es como si un pesado garrote hubiera golpeado a todas estas mujeres. Decisiones difíciles de creer que que viven millones de mujeres en el mundo y que son sólo algunos ejemplos que la organización Women’s Link Worldwide ha conocido gracias a una iniciativa llamada ‘Premios Género y Justicia al Descubierto’, que desde 2009, este año es su séptima edición, recibe nominaciones de cualquier país para reconocer y castigar las decisiones judiciales que favorecen o perjudican los derechos de mujeres y niñas en todo el mundo. Los tres pronunciamientos más sexistas reciben el galardón de oro, plata y bronce en la categoría Garrote y los tres que más promueven la equidad de género obtienen los mismos reconocimientos en la categoría Mallete. También son otorgados un Garrote y un Mallete, escogidos por el público a través de internet. Las nominaciones de este año están abiertas hasta el próximo 30 de abril. Para postular un caso hay que visitar la web www.womenslinkworlwide.org/premios. Por ahora, el caso de un agresor que contradenunció a una mujer que lo denunció por agresión y abuso sexual está postulado por España a la categoría Garrote. En la categoría Mallete figuran la primera condena por violencia de género en contra de España ante instancias internacionales y una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía están postuladas para el Mallete.
Para Blakeley Decktor, abogada de Women’s Link Worldwide y coordinadora de los premios, este es un ejercicio de “control social y presión política” que invita a la ciudadanía a vigilar las determinaciones judiciales. “Siempre le pedimos al gobierno que haga algo por las mujeres, pero se nos olvida que a los tribunales también podemos pedirles que hagan algo”, advierte. El jurado encargado de escoger a los ganadores de este año está formado por Claudia Paz, exfiscal general de Guatemala; el escritor Junot Díaz, autor de varias novelas, entre ellas ‘La maravillosa vida breve de Óscar Wao’, que le hizo merecedor del Premio Pulitzer y el National Book Critics Circle Award, en 2008; y Manjula Pradeep, directora de Navsarjan, organización dedicada a garantizar los derechos humanos, la igualdad de condición y de oportunidades sin distinción de casta, clase o género. Los premios tienen un impacto importante. En la edición de 2012, el ganador del garrote de oro fue para un Tribunal de Mogadiscio (Somalia) que condenó a prisión a una mujer que denunció ser víctima de violación por parte de agentes de la Policía Nacional. Las pruebas médicas realizadas demostraron que la mujer no fue violada, pero prevaleció la impunidad que existe cuando miembros de las fuerzas armadas cometen crímenes de género. En 2013, el Garrote de Oro fue para la Comisión Judicial de Afganistán por el caso Gulnaz, una mujer afgana que al denunciar que fue víctima de una violación fue condenada a 12 años de prisión por el delito de adulterio. Posteriormente, las autoridades le ofrecen la libertad a cambio de aceptar casarse con su agresor.
Veamos los casos españoles que concurren al certamen de Women’s Worldwide Web 2015:
Ángela González Carreño contra España. La española Ángela González Carreño sufrió violencia de género y huyó de su hogar con su hija, Andrea. El padre podía visitar a la niña y, aunque la madre solicitó que fueran vigiladas por miedo a lo que este hombre violento pudiera hacer, nunca le prestaron atención. Fueron más de 30 denuncias presentadas al juzgado y no pasó nada. Como consecuencia de la negligencia de las autoridades, Andrea fue asesinada por su padre en una de las visitas, cuando tenía siete años. Luego de que Ángela agotara todas las instancias legales para reclamar la responsabilidad del Estado, Women’s Link presentó el caso ante el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw), que determinó, en una sentencia histórica, que el Estado español infringió los derechos de Ángela y de su hija y debía repararla.
La ausencia sí está justificada. A una mujer de nacionalidad marroquí y su hija menor de edad se les prohibió, vía fallo judicial, continuar residiendo en España porque permanecieron fuera del país durante más de seis meses en un periodo de un año. Una sentencia anuló esta decisión y reconoció el derecho de ellas a obtener las autorizaciones debido a que su ausencia del país estaba justificada por la grave enfermedad de un familiar cercano. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía concluyó que la ausencia estaba justificada y acreditada porque hay razones culturales y sociales relacionadas con un concepto social amplio de la familia en Marruecos (no restringido a esposo e hijos) y los estudios demuestran que socialmente se sigue atribuyendo a las mujeres de manera exclusiva el rol de cuidadora de los familiares y más aún cuando están enfermos. Por lo tanto mantuvo la vigencia de las autorizaciones de residencia en España de la mujer y su hija.
Por proteger al agresor. Una mujer de nacionalidad polaca trabajaba como asistenta doméstica para un hombre a cambio de poder residir en su domicilio en España. El hombre la insultó, agredió, golpeó y abusó sexualmente, por lo que presentó una denuncia en la policía por estos hechos, ante lo cual, el agresor presentó una contradenuncia sosteniendo que la mujer también lo había agredido en alguna ocasión. El Juzgado de Instrucción Nº5 de Fuenlabrada la tramitó como una mera falta, no abrió ningún tipo de investigación. “Esta decisión impacta negativamente los derechos de las mujeres minimizando las graves violaciones a sus derechos humanos, responsabilizándolas a ellas por los crímenes que se cometen en su contra y protegiendo a los agresores. Asimismo, muestra el uso que se hace de la contradenuncia en casos de violencia en contra de las mujeres en sus distintas manifestaciones por parte de los agresores”, según Women’s Link Worldwide.
Artículo publicado en El Correo.com el 21-04-2015.
Artículos de Opinión