Javier de Domingo
Vergüenza. Siento una enorme vergüenza. Hoy ser hombre es especialmente vergonzoso. No sé ni como escribir esto, no me salen las palabras.
Será mejor contarlo como lo he vivido… como lo he sentido.
Esta mañana esperaba a Esther, mi pareja y a su madre, en una cafetería. Porteaba a Aitana, mi hija de 3 meses. Como no tengo televisión ni compro prensa tiendo a enterarme tarde de muchos asuntos. Por eso de vez en cuando miro algún períodico de hace días y me gusta. Pero hoy no.
Leo de repente que un “hombre” de 30 intenta abusar sexualmente de una bebé de 17 meses y que la madre de la bebé, de 18 años al pillarle entraron en un forcejeo y el “hombre” acabó tirando a la bebé por la ventana y aunque viva, se encuentra grave… (corrección posterior: ha muerto)
Tengo el estómago encogido solo de escribirlo. Cuando estaba en la cafetería me he puesto a llorar y a decir NO en alto y como había gente alrededor he tenido que salir del local pues me invadió una ira asesina, un dolor indescriptible y no podía evitar acariciar a mi bebé y repetir compulsivamente, como ido: “hija mía… hija mía“.
Qué ganas de llorar. Qué ganas de aullar. Qué ganas de golpear algo.
Lo primero que hice fue twitear mi dolor. Que absurdo ¿no? Al segundo me dije que eso no tenía sentido en sí y menos cuando vivo en una comunidad llamada#siloshombreshablasen.
Tenía que hablar, expresar, poner palabras al horror, a lo aberrante, a la atrocidad humana y darme el permiso, como hombre de no sucumbir a la violencia que todo ser humano lleva dentro cuando se encara a lo imposible. No me podía permitir el lujo de rendirme a lo fácil, al insulto, a la degradación del otro y así expulsar el problema de mí, de mí sociedad o de mi género como si yo fuese ajeno a todo.
Así que decidí compartirlo con mi tribu de hombres, los de el grupo presencial de #siloshombreshablasen en La Cocinita, por nuestro grupo privado de Telegram.
Hablar de ello me alivió. Nos alivió.
Sin embargo, me tranquilicé cuando me di cuenta que ésta tribu de hombres no solo se resiente como yo ante las vergüenzas del machismo en la calle sino también dentro de sus casas.
Sí, me ha aliviado llorar.
Durante la semana debatimos en nuestro chat sobre ejemplos vergonzosos que perpetuan el machismo como la invasión de las empresas de telefonía que al llamar a Bruno, nuestro compañero de Valdemoro le preguntaron por el hombre de la casa como si la mujer no tuviese algo que decir sobre como administrar y tomar decisiones sobre los recursos del hogar.
Yo mismo contaba como otros hombres de mi entorno, hace justo 2 años se mofaban de mi ocurrencia de crear grupos de hombres que hablasen de cosas importantes, respondiendo con vehemencia que eso era: una “mariconada”, un rollo de izquierdas, cosa de tías o cosa de tu mujer,
YA BASTA SEÑORES. YA BASTA DE UNA VEZ.
Somos personas, seres humanos. Amamos y sangramos. Sufrimos por nuestros hijos y nos dolemos por nuestras carencias. Y ya. Da igual el género. Da igual la raza. Da igual a quién votes o a quién reces. YA POR FAVOR.
No soy mejor que otro ser humano por ninguna de estas cosas. Tú tampoco. Ninguno lo somos.
Lo que me ha ayudado y me está ayudando a gestionar la ira que sufro hoy, es tener la absoluta determinación de “hacer” algo al respeto. Digo “hacer” porque eso es lo que puede generar cambio: acciones, tangibles, visibles, concretas.
Sí, eso mismo. “hacer algo”.
Tal vez #siloshombresllorasen y #siloshombresseavergonzasen serían iniciativas que debamos explorar, porque sólo #siloshombresempatizasen podríamos evitar escenas dantescas como estas.
No sé que le ha pasado a ese hombre para llegar a una conducta tan abominable. No sé cuantas frustraciones y negaciones ha debido vivir. No sé cómo se ha producido la falta de amor o la ausencia de modelos sanos de masculinidad, paternidad e humanidad. No sé si adolece de algún tipo de enfermedad mental o trastorno de la personalidad.
Lo que sí sé es que ha sucedido el horror… el mayor horror pensable, la peor pesadilla posible y eso ha ocurrido delante nuestro, en nuestras narices. Como sociedad debemos poner en marcha los mecanismos necesarios para reducir a lo mínimo posible la atrocidad humana. Desentrañar las marañas del machismo es un paso, uno importante e imprescindible.Ya es hora de avanzar más aun de lo que se viene haciendo en esta materia generando propuestas reales y conseguibles.
Pero creo que más importante aún es desenmascarar los entresijos de los flujos de poder, de seres humanos sobre otros seres humanos y como se ha ejercido la domesticación, infantilización, manipulación y segregación de las personas por género, raza, religión, capacidad de confrontación y de producción.
Sí, hemos fallado.
Yo no puedo ni quiero seguir fallando. Ay hija, cuanto trabajo queda.
Y sí, me alivia pensar que en #siloshombreshablasen nos hemos comprometido a generar contenidos, propuestas, acciones, productos y servicios que vayan en esta línea.
En realidad tenemos una agenda llena de posibles proyectos que leyendo noticias como esta se nos antojan cada vez más urgentes y necesarios:

  • libros de testimonios sobre masculinidades y paternidades más responsables, respetuosas, en crecimiento y transformación para generar modelos más positivos
  • línea de comics sobre concepción, embarazo, parto, puerperio, lactancia, crianza para ampliar el conocimiento, la implicación y la empatía con lo que ahí sucede
  • charlas, mesas redondas, talleres, seminarios y encuentros donde se pueda revisar posturas y construir puentes hacia realidades menos violentas
  • quedadas en parques para jugar y acompañar en tribu y generar la comunidad que necesitamos
  • programa de radio donde se pueda hablar, crecer, aprender, reir y servir de recurso para escuchar a caulquiera con propuestas claras para solucionar problemas
  • acercamiento a colegios y universidades para indagar sobre modelos de masculinidad y mostrarles opciones más conscientes y respetuosas
  • mercadillos para racionalizar las cosas que tenemos en casa, mercadillos solidarios;
  • acciones y reacciones solidarias y sociales para mejorar los servicios de obstetricia, pediatría y psicología que afectan a todos o sobre la conciliación familiar y ampliación de los permisos de paternidad;
  • apoyo a otras iniciativas de cambio intentando dar difusión a emprendemientos relacionados con el cambio de paradigma

Se me ocurrirían tantas cosas… y a mis compañeros otras tantas…
Repito “hacer”. Las palabras, los insultos y las reyertas virtuales tienen su sentido, principalmente el de canalizador de emociones revueltas, pero poco cambia, salvo radicalizar los asuntos. Mis compañeros de #siloshombreshablasen y yo, estamos en el “hacer”. No hay otra.
Ojalá surjan cambios, giros en las personas que tienen o tenemos un altavoz y sepamos usarlo con responsabilidad.
Después de escribir esto, hablarlo en privado con quién tiene capacidad o disposición de recogerlo y no exacerbarlo, después de llorarlo y aullarlo, es ahora cuando puedo hablar con serenidad y reflexionar sobre posibles acciones a emprender y generar una hoja de ruta para las mismas. Es decir, venga, sugerencias. ¿Qué se te ocurre que debe cambiar y cómo lo harías?
(Ruego que quién conteste lo haga con sentido de la responsabilidad y nos evite perder tiempo y energía con lo que pueda bloquear la propuesta)
#haytarea…. pero sigo sintiéndome avergonzado
Artículo publicado en siloshombreshablaran.es el 26/01/2016