Ponente: Miguel Pajares, Doctor en Antropología Social por la Universidad de Barcelona.
Conferencia enmarcada dentro del Seminario “La tierra amenazada. Razones y urgencias”.
Pese a los acuerdos climáticos adoptados, hay cierto consenso científico en que, sin un cambio drástico en las políticas climáticas, no cumpliremos el Acuerdo de París de limitar calentamiento a 1,5 ºC en este siglo, o al menos no llegar a los 2 ºC. Por ahora, avanzamos hacia un calentamiento de unos 3 ºC, lo que producirá la destrucción de gran número de hábitats y los correspondientes desplazamientos de población. Actualmente, unos 20 millones de personas son desplazadas cada año por desastres medioambientales repentinos (tormentas, inundaciones…), a lo que hay que añadir los desplazados silenciosos, los que van dejando las zonas rurales porque muere su hábitat por las sequías y la desertificación. Sabemos que, cada año, unos 60 millones de personas dejan las zonas rurales para irse a las urbanas, especialmente en las regiones tropicales. Pero esas ciudades que ahora reciben mucha población empezarán a expulsarla cuando la vida resulte más difícil por impactos como el calor, la escasez de agua potable y, sobre todo, la subida del nivel del mar. Dos terceras partes de las ciudades de más de 5 millones de habitantes están ubicadas en zonas costeras de baja elevación. Por ahora, las migraciones climáticas que ya son identificables están dirigiéndose principalmente a los países vecinos de aquellos que están más afectados por el cambio climático; apenas llegan al Norte global. Pero irán llegando, y algo que debemos abordar ya es qué tipo de protección ha de darse a las personas que se ven obligadas a salir de sus países a causa de los impactos climáticos.