Conferencia enmarcada dentro del Seminario Malestares en las sociedades del bienestar.
Coordinadora: María Manuela Poveda Rosa. Doctora en Sociología.
Ponente: Emma Gómez Nicolau, Socióloga, profesora del departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I.
En los últimos años hemos vivido una presencia pública del feminismo sin precedentes: las últimas huelgas feministas del 8 de marzo han sido un éxito rotundo a lo que se les suma experiencias internacionales de profundo calado como el Time’s Up y el #Metoo. En nuestro contexto, movimientos como el #YoSiTeCreo demuestran una efervescencia de los feminismos que se hacen sentir en las calles y en las redes que reivindica y visibiliza las violencias que experimentan las mujeres y las identidades de género disidentes. Esta popularización del feminismo ha ido acompañada, en paralelo, de un rearme misógino y de la consolidación de discursos que reclaman un espacio de privilegio masculino supuestamente usurpado por el feminismo.
La propuesta de la conferencia radica en profundizar en estas tensiones a través del análisis del papel del neoliberalismo, como sistema económico y como estructura ideológica que genera subjetividades neoliberales. La incorporación paulatina de políticas de igualdad en el Norte global transcurre a la vez que adelgaza el estado de bienestar y asistimos a un proceso de precarización creciente, de extrema mercantilización y de incremento de las desigualdades. Al mismo tiempo, las subjetividades neoliberales se expanden a través de conceptos como el empoderamiento, la resiliencia, el emprendimiento, la dictadura del pensamiento positivo y todas las tecnologías que dejan en manos individuales la responsabilidad del éxito social y que desdibujan las sujeciones estructurales.
En este contexto, nos aproximaremos a los principales desafíos del feminismo contemporáneo desarrollado en un contexto de sensibilidad postfeminista que conecta con el neoliberalismo contemporáneo. Empoderamiento y victimización se construyen como dos caras de una misma moneda atravesadas por el difícil reconocimiento de las vulnerabilidades y la separación tácita entre quienes pueden practicar un “empoderamiento” neoliberal y las que ocupan “el lugar de la víctima”. Al mismo tiempo, este par sujeto poderoso/víctima se rearticula en los discursos misóginos en los que discursivamente se copta el lugar de la víctima cuando llegar a encarnar la idea de sujeto exitoso deviene una tarea difícil bajo las precariedades contemporáneas.