Estos días hace dos años del decreto que nos confinaba en casa.
El tiempo de confinamiento, que podría haberlo sido de reflexión, se vio empujado a una carrera hacia la hiperactividad como forma de rutina. Pero para cambiar las cosas hay que pararse a pensar
El enésimo intento por patologizar todo lo que nos pasa: presentar como problema psicológico nuestras pocas ganas de recuperar las vidas ansiosas e hiperproductivas de antes del coronavirus