Sr. Domingo: a las mujeres nunca, ni en los ochenta ni en los noventa ni en el siglo XIX nos ha gustado que abusen de nosotras, ni sexual ni de ninguna otra manera; ni que nos toquen ninguna parte del cuerpo sin nuestro permiso; ni que nos impongan las relaciones sexuales como chantaje para nada; ni que nos violen, en general.

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