Enseñar las tetas sigue siendo noticiable y un tema de debate, especialmente cuando el acto de exhibición se separa del sexo y del pensamiento pornográfico y no tiene como objetivo el recreo onanista del público masculino
Arcadi nos enseñaba a contracorriente –y nos enseña todavía– a desmilitarizar las neuronas, a desobedecer el miedo y a ejercer el derecho y el deber de construir, desde abajo y contradicción a contradicción, justicia y paz