«Educad a los niños para no castigar a los hombres». Aunque parezca sencillo, tras incontables cambios en las leyes y metodologías de enseñanza, aún no hemos conseguido cumplir con esa repetida máxima de Pitágoras. La socióloga Marina Subirats (Barcelona, 1943) ha dedicado la mayor parte de su vida a investigar cómo la educación sirve para crear comunidades más igualitarias.

Curiosamente llamamos “útil” a todo aquello que nos haga ganar dinero. Si nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos, a ser más críticos con la información que recibimos o a pensar con más profundidad no se considera útil. Y es que no nos equivoquemos, ser crítico o pensar demasiado no son características que un jefe quiera en sus empleados: le sirven mejor calladitos y obedientes.

“Hacer como que no pasa nada y apartar la mirada es de una irresponsabilidad tremenda y se lleva haciendo años. Antes eran palabras homófobas escritas en la pizarra. Hoy son voces que quieren cantar el cara al sol o repiten bulos en voz alta, a veces a gritos”, escribe Noelia Isidoro.

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