El relato, la épica, la lógica de la guerra refuerzan el orden patriarcal dominante. Las guerras profundizan en la desigualdad (de género, clase y raza) y nos envuelven en el mito nacionalista-militarista

¿Manifestaciones para reivindicar que abran las terrazas, o que el fascismo es alegría, o que el 5G propaga el virus? Por supuesto, somos una democracia plena y los organizadores son muy de fiar, pero no en el 8M; el riesgo sanitario se antoja demasiado alto

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