Una nueva vuelta de tuerca en los centros neurálgicos del estado social. El nuevo coronavirus parece erigirse en la justificación oportuna de los que ya lo tenían sentenciado para dirigir el penúltimo ataque y eventual derribo del sistema público.
Las élites económicas han logrado su objetivo: asentar la precariedad, que la asumas, y que además creas que el inmigrante viene a robar tus migajas.
Las élites económicas han logrado su objetivo: asentar la precariedad, que la asumas, y que además creas que el inmigrante viene a robar tus migajas.
Entrevista con el periodista, director de la edición española de ‘Le Monde Diplomatique’
El optimismo y el pesimismo deben barajarse con cuidado porque definen el desvelo de nuestra conciencia, la frontera que de forma inevitable se establece entre el ser y el estar, entre lo que somos y el lugar que habitamos.
Hay otros Juan José Millás (Valencia, 1946), pero están en este: columnista, reportero, cuentista, antropólogo, novelista y forense de una realidad paralela que podría pasar desapercibida si él no se hubiese encargado en cada línea de graduar nuestras gafas para sublimar la cotidianidad. El escritor madrileño define el coronavirus en Hoy es el futuro como una realidad delirante que bate brava contra nuestro mundo, el acantilado de un delirio consensuado.
Siete publicaciones han decidido asociarse en esta ocasión especial para publicar colectiva y simultáneamente este texto de Ignacio Ramonet. Estos medios son: Le Monde diplomatique en español (España), Le Monde diplomatique Edición Cono Sur El Diplo (Buenos Aires), Le Monde diplomatique Edición Chilena (Santiago de Chile), NODAL (Argentina), La Jornada (México), Cubadebate (Cuba) y Mémoire des luttes (Francia).
En un encuentro virtual desde su casa, la periodista y autora de La doctrina del shock habla sobre cómo las elites están utilizando la crisis del coronavirus como excusa para avanzar en su excluyente hoja de ruta.
Las fantasías de poder realizadas y las pruebas de control social a las que asistimos anuncian el siglo de la catástrofe climática
Por un movimiento de clase, antipunitivo, y abierto al disenso que defienda la democracia radical