Tenía el gusto delicioso de lo prohibido y el temblor radiante por el posible castigo. Ahora transgredir acaba en que tus padres te acaben poniendo un abogado para pedirte un habeas corpus
Tenía el gusto delicioso de lo prohibido y el temblor radiante por el posible castigo. Ahora transgredir acaba en que tus padres te acaben poniendo un abogado para pedirte un habeas corpus