Iván Espinosa de los Monteros está sirviendo de justificación para bajarse del barco de Vox a todos aquellos pseudointelectuales y periodistas que llevan años normalizando al partido posfascista
El discurso ultra que ha penetrado con fuerza en la sociedad también ha permeado en los institutos, y varios docentes relatan cómo postulados franquistas, antifeministas y homófobos, que empezaron “siendo residuales”, se han ido extendiendo
Entender por qué una persona negra milita en un partido como Vox nos lleva a radiografiar cómo perdura la herencia de la racionalidad colonial y cómo opera lo que Sartre definió como la “vergüenza de sí mismo”.