Del 19 al 25 de junio de 2006

Después de varios intentos y cambios de destino, por fin decidimos viajar a estas tres preciosas ciudades centroeuropeas. Como en cada viaje, nos ocurrieron suficientes anécdotas como para reírnos a carcajadas e inspirar a las artistas de las artes escénicas, con todo el respeto al Niño Jesús de Praga que no tiene la culpa de nada. Y es que amigas, ¡cuando nos juntamos somos sorprendentes!

Las tres ciudades que visitamos valieron la pena.

  • Praga es considerada por muchos la ciudad más bonita de Europa. Rodín la comparó a Roma y al Paraíso de Dante. Es una ciudad de ciudades separadas o unidas por el río Moldava que serpentea entre ellas y da belleza a sus orillas.
  • Cracovia, “alma de Polonia”, es una de las ciudades más bonitas de Europa, conserva el mayor conjunto de monumentos históricos de Polonia, que son patrimonio de la humanidad. Cerca de Cracovia, entramos en las entrañas de Wieliczka para recorrer las famosas Minas de Sal y admirar las increíbles formas talladas en la roca de sal. Nos conmovió adentrarnos en lo que queda de los campos de concentración construidos por los nazi en Auschwitz. Es necesario no olvidar los errores históricos para que no se repitan. Vaya nuestro pequeño homenaje a todas y todos los que allí sufrieron el horror.
  • Varsovia, al igual que el Ave Fénix, resurgió con fuerza de sus cenizas tras haber sido destruida en la II Guerra Mundial; hoy su casco antiguo es patrimonio de la humanidad.

Tenemos que destacar en este viaje la gastronomía tan cuidada que nos ofrecieron, sobre todo en Polonia, pudiendo calificarlo de viaje cultural-gastronómico.

Y lo más importante, la aportación de cada una de nosotras en cuanto a relaciones interpersonales que nos enriquecen día a día y nos hacen volver cansadas pero renovadas.